últimos poemas
La orilla
sin agua
como ramas secas
esperando la noche
un sueño que no
se rompa
fango
lluvia ácida
disuelta en un sueño
humo hojas secas
fuego ramas
rotas
en la orilla
con los labios entrecerrados
respiramos el ruido del aire
en los mástiles
miramos
la bruma
el hielo
las sombras
las piedras inmóviles
las lesiones del ojo
el ruido de la noche
el silencio del fuego
* * *
el viaje al sótano
se
vieron
en el espejo
del ascensor
comentaron
el calor
el lamentable
estado del
espejo y
el ruido
insistente
del deseo
les impidió
abrir los ojos
tocar el silencio
encontrar palabras
para mirarse
sin hablar
* * *
(CON)FIGURA
mira
tu cuerpo
en el espejo
en la sombra
que se dispersa
en el silencio
que crece
observa
en el
espacio
circular
la figura
de tu cuerpo
su reflejo
que quiebra
el silencio
escucha
el sonido
en la distancia
deslúmbrate
en la
sombra
detén
en el
dolor
las
palabras
que
i
l
u
m
i
n
a
* * *
(pro)crear
placer
de la palabra y
los acontecimientos
relacionados
con su uso
y cuidado
por cultivo
del arte verbal
entiéndase
placer de hablar
o narrar
dolor al no amar
el sonido de la propia voz
escuchar el sonido
vacío
del tiempo
el dulce olor
de la savia
del lenguaje
su
bello asombro
su sapiencia acumulada
en la noche en los sueños
en el definitivo
sabor del día
cuando
asoma
el
sol
* * *
(co)lecciones sutiles / (e)lecciones inútiles
el
tiempo
su garra suave
sus ojos negros
las sombras
dibujando
figuras
melodías
notas sueltas que
se pierden vibrando
en la madera
trabajada
por
el tiempo
otro sueño
callado
otra
palabra
perdida
en la noche
agitando el aire la
brisa del mar busca abrigo
en el murmullo en el susurro
suave del fuego en el juego de la
desesperación y la armonía en
los latidos del corazón
que acelran
y
paran
* * *
D I J I M O S
poco
o
nada
nos
miramos
como ciegos
contra el cielo
mudo y sordo
deslumbra
dos
por
el sonido
de nuestras
voces
nos
perdimos
en el tiempo
en el vacío
de nuestros
ojos
alucina
dos a
l
u
c
i
n
a
d
o
s
* * *
CRECE
cristalino
definitivo sensorial
significativo
sutil
tu
voz
íntima
irreal
te abre
los ojos
te llena
las manos de
nada
te pierde
en un haz
de luz
* * *
SOLO
sombrío
silencioso
sembrando
sombra
segando
luz
líquido
como una
lágrima
seco como
un grito
suave
como un
susurro
disperso
distante
despierto
*
cuerpos
que se abrazan
se temen gritan
jadean balbucean
se acarician susurran
descubren el placer
la soledad
irremediable
se conocen
con el paso
del tiempo en
el peso del silencio
al ritmo de los sonidos mas íntimos
se buscan en el tacto sutil insistente
de la ausencia donde mueren
los sueños cada día
* * *
t o r m e n t a
cayó
toda
la noche
nieve
oímos
su canto
sin palabras
las cuerdas
del hielo
vimos la luna
en silencio
sin luz
en el lugar celeste
donde se borra
el tiempo
des
aparecieron
las distancias del
firmamento en blanco
y
perdimos
las palabras
para
siempre
* * *
Viajes, naufragios, canciones tristes
Tal vez el silencio sea lo más adecuado para presentar estos poemas, pero he querido aclarar que no son nuevos: algunos los escribí en los años 70 y 80, y han circulado antes, aunque los he modificado (levemente) para incluirlos aquí. Por esos años viví y trabajé en Nueva York (Long Island y Manhattan); tenía un acupunturista chino, en Harlem, que (me) recetaba (y vendía) opio para regular el ch’i o qì (氣, flujo de la energía vital, en medicina tradicional china). Si la esencia de la amapola nubla el entendimiento, también anula el desagrado que produce el absurdo y doblega el dolor físico. Hace muchos años que no fumo opio, pero revisar estos poemas me ha recordado su intenso aroma y me ha devuelto, en la memoria, momentos de gran felicidad y de enorme dolor. Espero que te produzcan, querido lector, un poco de felicidad y (algo de) placer.
Olor a silencio
Cruzaba los brazos; perdía el hilo de la conversación en el ruido de las palabras que nos reúnen y separan. Buscaba el ritmo con las uñas entre el hilo largo del sueño y el olor de la muerte, en el silencio de la niebla, entre el olor del jazmín, en el brillo del tronco mojado de la ponciana, sobre las lajas de piedra. Se me olvidan frases que se perdían en la noche, enredadas entre mis brazos, el aliento de la muerte atenta, que sonríe y se va.
La canción de Sunalei
Su nombre quiere decir madrugada. Navegué con ella en su isla, Aquinnah, al sur de Massachussets, en la costa de Nueva Inglaterra. Gobernaba su velero sin esfuerzo, con una suavidad capaz de hacer callar al mar. Cantaba, escuchaba las olas, hablaba con el viento. Su barco olía a harina y pájaros. Dormimos en el casco, sobre el cubrecama de vicuña de mi abuela Leonor y fuimos al entierro de su abuelo materno, el más hermoso que he visto: lo encendieron en una barca, en la playa, al atardecer.
Ese verano acabó como un sueño y mi amiga no volvió a la universidad. Recibí una carta de su madre: me devolvía una carta y enviaba un broche hecho con su pelo: se ahogó en una tormenta. Una madrugada, en Manhattan, le pedí al río Hudson que llevara su cabello al mar. Desde ese día, cada vez que se incendia el cielo se me muere algo dentro, una vez más.
El fuego
La paja ardía en la barca, el efímero ataúd. El abuelo navegaba majestuoso en las llamas, por última vez, acompañado por el llanto de sus veintitantas nietas y nietos.
Era en un lugar de Nueva Inglaterra donde conviven alegremente los indios con los descendientes de los colonos y los turistas, que compartíamos con ellos el colorido de sus hermosos tocados de conchas, plumas y crines de caballo y alegría de reír y llorar para festejar la vida o la muerte y hablar con el mar.
Los ríos
Junto al río Hudson, en la ciudad más dura
y bella que conozco, antes de que se conociera el SIDA
murió Carlos, de pulmonía. Poco después Virginia,
de cáncer. Yo no había cumplido treinta años.
Cerca del río Magdalena, con el arrullo del
Caribe a la espalda, una madrugada en que la luna
brillaba más que el sol, mataron a Marina. Yo no
había cumplido veinte años; no supe morir con ella.
Ya tengo sesenta y cuatro años. Todavía sigo buscando
un río que me enseñe a olvidar, o a llorar, o a morir.
V
Vidrios rotos, velas.
Es viernes.
Vuelvo al verano virgen,
al vértigo del viaje.
Visito los vestigios.
Verifico la voz del viento.
Veo mi infancia vegetal,
mi vida voluptuosa:
venal, verídico,
volcánico,
voraz.
Itinerario
Estoy triste, cansado. Mi cansancio nace con la tristeza y la tristeza no tiene cuerpo: no es mía. Libre del destino de mi cuerpo, separado del devenir de mis sentidos, camino por calles desiertas. El aspecto fantasmal de los transeúntes me hace pensar en piedras y muros, en el interior de cada muro una persona que sufre, un pensamiento que aísla.
Tengo la melancolía de los viajes solitarios, el peso de la nieve en la mirada. La fuerza de la noche, sus vistosos trajes. La ebriedad que se transforma en viscosa alegría. Cambio mi vida por una fe ciega, por el ruido de las carreteras, por unos rieles mojados, por un tren fantasma, por una creencia y una querencia, por un recuerdo que no se empañe de amargura. He perdido muchas veces la hoja de ruta y pensado que nada de lo que he visto merece contarse y he entendido que para dejar la vida bastan una sombra o un foso y para volver una mujer o una idea,
Tener fe en la sorpresa, en el canto de los pájaros, en las gotas de la lluvia en su juego con el silencio en el llanto frágil en la física de un objeto grávido, grave en el trueno en el ojo, en la boca y el estómago.
Soy recto, dócil, admirable, químico, sensible, sociable, drástico, definitivo; me abstengo del deseo morboso de la muerte de las sonrisas de lagarto, de las lágrimas de cocodrilo.
Saboreo sin asco la humedad de la tierra. Saludo y me retiro.
IDEAS
la idea del tiempo
ya se ha ido
y el espacio
es un lugar abandonado
EN TUS OJOS
aparecen todas las formas
y paisajes del mundo
ciérralos y verás mejor
la vida es bella
si la escribes bien
DESPUÉS
de la guerra
y de la paz
las heridas secas brillan
en el silencio de la arena
CUERDAS
sueños sonidos
hebras de silencio
* * *
MI CANCIÓN
golpea
lentamente
la savia
del tiempo
cae
canta
al final del día
se pierde
al filo
de la noche
entre sombras
susurrando
silba
tararea
su ritmo es constante
persistente penetrante
llega al silencio
es una vibración contenida
un murmullo suave
un tumulto quedo
una voz que
evoca
el vacío
de señales
ausentes
una muda
lágrima
y
olvido
* * *
en el viento
como
un cuerpo
que tiembla
liviano
como
una
hoja
en
el viento
como
un cielo
cercano
como
manos
o voces
entre
el recuerdo
y el olvido
presencias
ausentes
un
peso
que
no
es
y
su
sonrisa
despiadada
* * *
S o m b r a
Sol. Silencio. Escucho, toco tu ausencia. Recorro con calma mis zonas más oscuras. Te veo en las sombras, en el destello de las lámparas. Palpo el aire, bebo silencio.
Oigo un estruendo, un gran silencio que nos ata a la cordura y se deshace. Luego teje, de nuevo, poco a poco, la locura. Allí nos refugiamos hasta que comienza o se apaga el día, o la noche, otra vez, la noche.
Las sombras se confunden con la luz bajo este sol de justicia. Y llueve. La tierra sedienta se quiebra, gime. Y llueve.
Te espero bajo la lluvia, en la tristeza de los que no sabemos llorar. En silencio, en la sombra, o al sol.
* * *
DIJIMOS
ahora y
nuestras palabras
se las llevaron
el viento y
la lluvia
dijimos
siempre y
nuestros silencios
se perdieron en el tiempo
hablamos del tiempo
de las nubes
del ocaso y
nos engulló la noche
caminamos
nos alejamos del mar
y cuando quisimos
volver a la ciudad
estaba pintada con fuego
contra el cielo mudo
* * *
l o s n o m b r e s y l a s c o s a s
tal vez
sea cierto
que mis palabras te detienen
cuando te evoca
la mano que
escribe
es
posible
que cuando
te nombro y
en consecuencia
también me nombro
deje de existir
el mundo
tal vez
un nombre
propio
sea silencio
soledad vacía
solipsismo
las cosas
no existen en sus
denominaciones
los nombres no funcionan
en la inmovilidad de la ausencia sino
en la acción y la transformación
en el recuerdo y la memoria
cuando te evoco
y apareces
ya no estás
en tu nombre
estás
aquí
* * *
* * *
Deixis en fantasma : historia de desamor
Pensó Sansón
poco antes de morir:
eras la misma que hoy,
cuando te conocí,
Dalila,
pero sin séquito
y con garras ..
Ante la tumba
de Sansón
Dalila
murmuraba:
ahora
camino
de noche,
destilo perlas
de dolor en la oscuridad;
llevo dentro
el vacío
de tu risa,
busco tu olor,
tu pelo,
tus labios,
Sansón
.
Y
tú
no
estás
.
LA HISTORIA ORIGINAL
Adaptación libre de la versión de Casidoro de Reina corregida por Cipriano Valera, Biblia del Oso (Basilea, 1569)
Los hijos de Israel volvieron a hacer el mal ante los ojos de Jehová y Jehová los entregó a los filisteos por cuarenta años. Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril, nunca había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová y le dijo: tú eres estéril y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Concebirás y darás a luz un hijo y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y Jehová lo bendijo. Aconteció que se enamoró Sansón de una mujer en el valle de Sorec la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos y le dijeron: engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata. Y Dalila dijo a Sansón: te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza y cómo podrás ser atado para ser dominado. Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos. Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.
Entonces Dalila dijo a Sansón: tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado. Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado yo me debilitaré y seré como cualquier hombre. Y Dalila tomó cuerdas nuevas y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo. Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. Él entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca.Y ella las aseguró con la estaca y le dijo: ¡Sansón los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela. Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. Y aconteció que presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió todo su corazón y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado mi fuerza se apartará de mí y me debilitaré y seré como todos los hombres. Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel. Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado. Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros. Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas. Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas. Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón. Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra.Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza y cayó la casa sobre los principales y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida. Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa.
NOTAS
DEIXIS. Karl Bühler (1934), que sigue a Wackernagel en esta terminología ha señalado una deixis especial que llama Deixis am Phantasma (deixis en fantasma) que se produce «cuando un narrador lleva al oyente al reino de lo ausente recordable o al reino de la fantasía constructiva y lo obsequia allí con los mismos demostrativos para que vea y oiga lo que hay allí que ver y oír (y tocar se entiende y quizá también oler y gustar)»: Recuerdo aquel jardín; allí solía jugar de niño. (Vid. Anáfora, Catáfora, Pronombre).” Lázaro Carreter, F., Dicc. de térm. filológ., p. 130.VER: http://hispanoteca.eu/Linguistik/d/DEIXIS%20AM%20PHANTASMA.htm
En el Tanaj, la historia hebrea de Sansón y Dalila está en (שוֹפְטִים), Shoftim ‘jueces’.
* * *
ORACIÓN
Gaia hermosa, madre Tierra creadora
de todas nuestras vidas, perdónanos
por destruir nuestra casa, perdona
nuestra desidia, nuestros descuidos.
Muéstranos tu amor salvaje, tu fuerza
telúrica, tu furia, tu impaciencia.
No permitas que las humanas bestias
acaben con este frágil y bello planeta.
Muéstranos tu hermosura incandescente,
el fuego y el dolor de tus heridas.
Inspíranos con tu aliento ardiente,
abrásanos, descúbrenos las salidas,
ayúdanos a entenderte, cuidarte,
a ser contigo, aire, agua, fuente.
Madre Tierra, dadora de vida:
tus hijas y tus hijos te invocan.
* * *
r u i d o
despertar
comenzar
a andar
estar
aquí
divagar
ser solamente
movimiento
tráfico
palabra
vehículo
ruido
ser
tránsito
la parte de
dolor que va con
el ser la parte de ser
que permanece
al estar y
mirar
en un espejo
turbio
ver
la parte
de placer que va con
el dolor y el ruido
volver
a dormir
ser el sueño
que sostiene
la parte de
estar
que escapa al
ser
el ruido
que llega
al silencio
amanece
comienza
a andar
* * *
Don Quijote en Vespa ( 2005)*
contra la lectura
tragamos
como autómatas
ripios vacuos
resonamos
como troncos secos
con ecos y voces impostoras
aceptamos
sin pensar
argumentos pretenciosos
insensatos soporíferos
nos llenamos
los ojos sin chistar
de mentiras solemnes
.
leemos sin inmutarnos
estupideces adornadas
con figuras chillonas
meditamos
solemnemente
garabatos impresentables
no miramos
no vemos
el mundo
no somos capaces
de diferenciar los personajes
que aparecen en narraciones
inverosímiles de las personas
que los imaginan
nos creemos
los cuentos
que compramos
nos venden
la moto nos encanta soñar con
dioses con superhéroes
despreciar la inteligencia
adoramos
la literatura
la ciencia
ficción
la novela negra
la poesía emocional
la emoción poética
la poética
de la sinrazón
y
al
final
¿tal vez
tenía razón
don Miguel
de
Cervantes?
El título de este poema surgió durante lo peor de la pandemia, mientras el SARS COV2 se llevaba prematuramente a millones de personas y todos estábamos confinados. Entre el aburrimiento la soledad y el miedo se consumía en cantidades navegables pseudo-información virtual de calidad ínfima y pseudo-literatura de una ingenuidad y narcisismo solamente explicables por la casi desaparición de la figura del editor en los medios literarios virtuales. Contra la lectura es un alegato contra la lectura y la escritura compulsiva: aparece el inventor de don Quijote de la Mancha porque puso al sobrino de Alonso Quijano y al cura a quemar libros no por amor a la Inquisición, sino para incitar a sus lectores a diferenciar entre buena y mala literatura y entre ficción y realidad: tarea que siempre ha sido difícil pero es más abordable desde que disponemos de las aventuras de Sancho Panza y el ingenioso hidalgo como paradigma narrativo para explorar la razón de la sinrazón y los modos en que aparecen la verdad y la realidad en la ficción.
* Don Quijote en Vespa. En 2005, con motivo del IV Centenario de la obra de Cervantes, alumnos de la Escuela de Arte de Algeciras (Cádiz) y el profesor Carlos Alfonso Ortega realizaron una escultura que representaba al Quijote montando una Vespa. VER: https://www.europasur.es/algeciras/Quijote-paso-emblema_0_623337801.html
* * *
palabras a mares
heridas como mares
mares como palabras
palabras como heridas
heridas como aullidos
aullidos como flores
flores como cuchillos
cuchillos como voces
voces como golpes
golpes como oraciones
oraciones como desgracias
desgracias como besos
besos como lesiones
lesiones como lenguas
lenguas como armas
armas como manos
el sentido y el sonido
desangrándose
palabras en el cuerpo
el cuerpo en la palabra