Cuerpos



cuerpos

que se abrazan

se temen gritan

jadean balbucean

se acarician susurran

descubren el placer

la soledad

irremediable

se conocen

con el paso

del tiempo en

el peso del silencio

al ritmo de los sonidos mas íntimos

se buscan en el tacto sutil insistente

de la ausencia donde mueren

los sueños cada día

 

* * *

 

t o r m e n t a

cayó

toda

la noche

nieve

oímos

su canto

sin palabras

las cuerdas

del hielo

vimos la luna

en silencio

sin luz

en el lugar celeste

donde se borra

el tiempo

des

aparecieron

las distancias del

firmamento en blanco

y

perdimos

las palabras

para

siempre

 

* * *

 

Viajes, naufragios, canciones tristes

Tal vez el silencio sea lo más adecuado para presentar estos poemas, pero he querido aclarar que no son nuevos: algunos los escribí en los años 70 y 80, y han circulado antes, aunque los he modificado (levemente) para incluirlos aquí. Por esos años viví y trabajé en Nueva York (Long Island y Manhattan); tenía un acupunturista chino, en Harlem, que (me) recetaba (y vendía) opio para regular el ch’i o qì (, flujo de la energía vital, en medicina tradicional china). Si la esencia de la amapola nubla el entendimiento, también anula el desagrado que produce el absurdo y doblega el dolor físico. Hace muchos años que no fumo opio, pero revisar estos poemas me ha recordado su intenso aroma y me ha devuelto, en la memoria, momentos de gran felicidad y de enorme dolor. Espero que te produzcan, querido lector, un poco de felicidad y (algo de) placer.

Olor a silencio

Cruzaba los brazos; perdía el hilo de la conversación en el ruido de las palabras que nos reúnen y separan. Buscaba el ritmo con las uñas entre el hilo largo del sueño y el olor de la muerte, en el silencio de la niebla, entre el olor del jazmín, en el brillo del tronco mojado de la ponciana, sobre las lajas de piedra. Se me olvidan frases que se perdían en la noche, enredadas entre mis brazos, el aliento de la muerte atenta, que sonríe y se va.

La canción de Sunalei

Su nombre quiere decir madrugada. Navegué con ella en su isla, Aquinnah, al sur de Massachussets, en la costa de Nueva Inglaterra. Gobernaba su velero sin esfuerzo, con una suavidad capaz de hacer callar al mar. Cantaba, escuchaba las olas, hablaba con el viento. Su barco olía a harina y pájaros. Dormimos en el casco, sobre el cubrecama de vicuña de mi abuela Leonor y fuimos al entierro de su abuelo materno, el más hermoso que he visto: lo encendieron en una barca, en la playa, al atardecer.

Ese verano acabó como un sueño y mi amiga no volvió a la universidad. Recibí una carta de su madre: me devolvía una carta y enviaba un broche hecho con su pelo: se ahogó en una tormenta. Una madrugada, en Manhattan, le pedí al río Hudson que llevara su cabello al mar. Desde ese día, cada vez que se incendia el cielo se me muere algo dentro, una vez más.

El fuego

La paja ardía en la barca, el efímero ataúd. El abuelo navegaba majestuoso en las llamas, por última vez, acompañado por el llanto de sus veintitantas nietas y nietos.

Era en un lugar de Nueva Inglaterra donde conviven alegremente los indios con los descendientes de los colonos y los turistas, que compartíamos con ellos el colorido de sus hermosos tocados de conchas, plumas y crines de caballo y alegría de reír y llorar para festejar la vida o la muerte y hablar con el mar.

Los ríos

Junto al río Hudson, en la ciudad más dura

y bella que conozco, antes de que se conociera el SIDA

murió Carlos, de pulmonía. Poco después Virginia,

de cáncer. Yo no había cumplido treinta años.

Cerca del río Magdalena, con el arrullo del

Caribe a la espalda, una madrugada en que la luna

brillaba más que el sol, mataron a Marina. Yo no

había cumplido veinte años; no supe morir con ella.

Ya tengo sesenta y cuatro años. Todavía sigo buscando

un río que me enseñe a olvidar, o a llorar, o a morir.

V

Vidrios rotos, velas.

Es viernes.

Vuelvo al verano virgen,

al vértigo del viaje.

Visito los vestigios.

Verifico la voz del viento.

Veo mi infancia vegetal,

mi vida voluptuosa:

venal, verídico,

volcánico,

voraz.

Itinerario

Estoy triste, cansado. Mi cansancio nace con la tristeza y la tristeza no tiene cuerpo: no es mía. Libre del destino de mi cuerpo, separado del devenir de mis sentidos, camino por calles desiertas. El aspecto fantasmal de los transeúntes me hace pensar en piedras y muros, en el interior de cada muro una persona que sufre, un pensamiento que aísla.

Tengo la melancolía de los viajes solitarios, el peso de la nieve en la mirada. La fuerza de la noche, sus vistosos trajes. La ebriedad que se transforma en viscosa alegría. Cambio mi vida por una fe ciega, por el ruido de las carreteras, por unos rieles mojados, por un tren fantasma, por una creencia y una querencia, por un recuerdo que no se empañe de amargura. He perdido muchas veces la hoja de ruta y pensado que nada de lo que he visto merece contarse y he entendido que para dejar la vida bastan una sombra o un foso y para volver una mujer o una idea,

Tener fe en la sorpresa, en el canto de los pájaros, en las gotas de la lluvia en su juego con el silencio en el llanto frágil en la física de un objeto grávido, grave en el trueno en el ojo, en la boca y el estómago.

Soy recto, dócil, admirable, químico, sensible, sociable, drástico, definitivo; me abstengo del deseo morboso de la muerte de las sonrisas de lagarto, de las lágrimas de cocodrilo.

Saboreo sin asco la humedad de la tierra. Saludo y me retiro.

IDEAS

la idea del tiempo

ya se ha ido

y el espacio

es un lugar abandonado

EN TUS OJOS

aparecen todas las formas

y paisajes del mundo

ciérralos y verás mejor

la vida es bella

si la escribes bien

DESPUÉS

de la guerra

y de la paz

las heridas secas brillan

en el silencio de la arena

CUERDAS

sueños sonidos

hebras de silencio

* * *

 

MI CANCIÓN

 

golpea

lentamente

la savia

del tiempo

cae

canta

al final del día

se pierde

al filo

de la noche

entre sombras

susurrando

silba

tararea

su ritmo es constante

persistente penetrante

llega al silencio

es una vibración contenida

un murmullo suave

un tumulto quedo

una voz que

evoca

el vacío

de señales

ausentes

una muda

lágrima

y

olvido

 

* * *

 

en el viento

 

como

un cuerpo

que tiembla

liviano

como

una

hoja

en

el viento

como

un cielo

cercano

como

manos

o voces

entre

el recuerdo

y el olvido

presencias

ausentes

un

peso

que

no

es

y

su

sonrisa

despiadada

 

* * *

 

S o m b r a

 

 

Sol. Silencio. Escucho, toco tu ausencia. Recorro con calma mis zonas más oscuras. Te veo en las sombras, en el destello de las lámparas. Palpo el aire, bebo silencio.

Oigo un estruendo, un gran silencio que nos ata a la cordura y se deshace. Luego teje, de nuevo, poco a poco, la locura. Allí nos refugiamos hasta que comienza o se apaga el día, o la noche, otra vez, la noche.

Las sombras se confunden con la luz bajo este sol de justicia. Y llueve. La tierra sedienta se quiebra, gime. Y llueve.

Te espero bajo la lluvia, en la tristeza de los que no sabemos llorar. En silencio, en la sombra, o al sol.

 

* * *

 

DIJIMOS

ahora y

nuestras palabras

se las llevaron

el viento y

la lluvia

dijimos

siempre y

nuestros silencios

se perdieron en el tiempo

hablamos del tiempo

de las nubes

del ocaso y

nos engulló la noche

caminamos

nos alejamos del mar

y cuando quisimos

volver a la ciudad

estaba pintada con fuego

contra el cielo mudo

* * *

l o s   n o m b r e s   y  l a s   c o s a s

 

tal vez

sea cierto

que mis palabras te detienen

cuando te evoca

la mano que

escribe

es

posible

que cuando

te nombro y

en consecuencia

también me nombro

deje de existir

el mundo

tal vez

un nombre

propio

sea silencio

soledad vacía

solipsismo

las cosas

no existen en sus

denominaciones

los nombres no funcionan

en la inmovilidad de la ausencia sino

en la acción y la transformación

en el recuerdo y la memoria

cuando te evoco

y apareces

ya no estás

en tu nombre

estás

aquí

 

* * *

 

IRREAL
 
 
sus
ojos
cristalinos
sensoriales
sutiles
como
su voz:
íntima
suave
irreal
se abren
en el aire
frío
de la noche
en el vacío del
silencio me llenan
las manos con un haz
de luz

* * *

Deixis en fantasma : historia de desamor

Pensó Sansón

poco antes de morir:

eras la misma que hoy,

cuando te conocí,

Dalila,

pero sin séquito

y con garras ..

Ante la tumba

de Sansón

Dalila

murmuraba:

ahora

camino

de noche,

destilo perlas

de dolor en la oscuridad;

llevo dentro

el vacío

de tu risa,

busco tu olor,

tu pelo,

tus labios,

Sansón

.

Y

no

estás

.

LA HISTORIA ORIGINAL

Adaptación libre de la versión de Casidoro de Reina corregida por Cipriano Valera, Biblia del Oso (Basilea, 1569)

Los hijos de Israel volvieron a hacer el mal ante los ojos de Jehová y Jehová los entregó a los filisteos por cuarenta años. Y había un hombre de Zora, de la tribu de Dan, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril, nunca había tenido hijos. A esta mujer apareció el ángel de Jehová y le dijo: tú eres estéril y nunca has tenido hijos; pero concebirás y darás a luz un hijo. Ahora, pues, no bebas vino ni sidra, ni comas cosa inmunda. Concebirás y darás a luz un hijo y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos. Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció y Jehová lo bendijo. Aconteció que se enamoró Sansón de una mujer en el valle de Sorec la cual se llamaba Dalila. Y vinieron a ella los príncipes de los filisteos y le dijeron: engáñale e infórmate en qué consiste su gran fuerza y cómo lo podríamos vencer, para que lo atemos y lo dominemos; y cada uno de nosotros te dará mil cien siclos de plata. Y Dalila dijo a Sansón: te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza y cómo podrás ser atado para ser dominado. Y le respondió Sansón: Si me ataren con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me debilitaré y seré como cualquiera de los hombres. Y los príncipes de los filisteos le trajeron siete mimbres verdes que aún no estaban enjutos, y ella le ató con ellos. Y ella tenía hombres en acecho en el aposento. Entonces ella le dijo: ¡Sansón, los filisteos contra ti! Y él rompió los mimbres, como se rompe una cuerda de estopa cuando toca el fuego; y no se supo el secreto de su fuerza.

Entonces Dalila dijo a Sansón: tú me has engañado, y me has dicho mentiras; descúbreme, pues, ahora, te ruego, cómo podrás ser atado. Y él le dijo: Si me ataren fuertemente con cuerdas nuevas que no se hayan usado yo me debilitaré y seré como cualquier hombre. Y Dalila tomó cuerdas nuevas y le ató con ellas, y le dijo: ¡Sansón los filisteos sobre ti! Y los espías estaban en el aposento. Mas él las rompió de sus brazos como un hilo. Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado. Él entonces le dijo: Si tejieres siete guedejas de mi cabeza con la tela y las asegurares con la estaca.Y ella las aseguró con la estaca y le dijo: ¡Sansón los filisteos sobre ti! Mas despertando él de su sueño, arrancó la estaca del telar con la tela.  Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. Y aconteció que presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió todo su corazón y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado mi fuerza se apartará de mí y me debilitaré y seré como todos los hombres. Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel. Y el cabello de su cabeza comenzó a crecer, después que fue rapado. Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo. Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros. Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas. Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas. Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón. Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra.Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza y cayó la casa sobre los principales y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida. Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa.

NOTAS

DEIXIS. Karl Bühler (1934), que sigue a Wackernagel en esta terminología ha señalado una deixis especial que llama Deixis am Phantasma (deixis en fantasma) que se produce «cuando un narrador lleva al oyente al reino de lo ausente recordable o al reino de la fantasía constructiva y lo obsequia allí con los mismos demostrativos para que vea y oiga lo que hay allí que ver y oír (y tocar se entiende y quizá también oler y gustar)»: Recuerdo aquel jardín; allí solía jugar de niño. (Vid. Anáfora, Catáfora, Pronombre).” Lázaro Carreter, F., Dicc. de térm. filológ., p. 130.VER: http://hispanoteca.eu/Linguistik/d/DEIXIS%20AM%20PHANTASMA.htm

En el Tanaj, la historia hebrea de Sansón y Dalila está en (שוֹפְטִים), Shoftim ‘jueces’.

* * *

 

ORACIÓN

Gaia hermosa, madre Tierra creadora

de todas nuestras vidas, perdónanos

por destruir nuestra casa, perdona

nuestra desidia, nuestros descuidos.

Muéstranos tu amor salvaje, tu fuerza

telúrica, tu furia, tu impaciencia.

No permitas que las humanas bestias

acaben con este frágil y bello planeta.

Muéstranos tu hermosura incandescente,

el fuego y el dolor de tus heridas.

Inspíranos con tu aliento ardiente,

abrásanos, descúbrenos las salidas,

ayúdanos a entenderte, cuidarte,

a ser contigo, aire, agua, fuente.

Madre Tierra, dadora de vida:

tus hijas y tus hijos te invocan.

 

* * *

 

r u i d o

 

 

despertar

comenzar

a andar

estar

aquí

divagar

ser solamente

movimiento

tráfico

palabra

vehículo

ruido

ser

tránsito

la parte de

dolor que va con

el ser la parte de ser

que permanece

al estar y

mirar

en un espejo

turbio

ver

la parte

de placer que va con

el dolor y el ruido

volver

a dormir

ser el sueño

que sostiene

la parte de

estar

que escapa al

ser

el ruido

que llega

al silencio

amanece

comienza

a andar

 

* * *

 

 

Don Quijote en Vespa ( 2005)*

 

contra la lectura

 

tragamos

como autómatas

ripios vacuos

resonamos

como troncos secos

con ecos y voces impostoras

aceptamos

sin pensar

argumentos pretenciosos

insensatos soporíferos

nos llenamos

los ojos sin chistar

de mentiras solemnes

.

leemos sin inmutarnos

estupideces adornadas

con figuras chillonas

meditamos

solemnemente

garabatos impresentables

no miramos

no vemos

el mundo

no somos capaces

de diferenciar los personajes

que aparecen en narraciones

inverosímiles de las personas

que los imaginan

nos creemos

los cuentos

que compramos

nos venden

la moto nos encanta soñar con

dioses con superhéroes

despreciar la inteligencia

adoramos

la literatura

la ciencia

ficción

la novela negra

la poesía emocional

la emoción poética

la poética

de la sinrazón

y

al

final

¿tal vez

tenía razón

don Miguel

de

Cervantes?

 

El título de este poema surgió durante lo peor de la pandemia, mientras el SARS COV2 se llevaba prematuramente a millones de personas y todos estábamos confinados. Entre el aburrimiento la soledad y el miedo se consumía en cantidades navegables pseudo-información virtual de calidad ínfima y pseudo-literatura de una ingenuidad y narcisismo solamente explicables por la casi desaparición de la figura del editor en los medios literarios virtuales. Contra la lectura es un alegato contra la lectura y la escritura compulsiva: aparece el inventor de don Quijote de la Mancha porque puso al sobrino de Alonso Quijano y al cura a quemar libros no por amor a la Inquisición, sino para incitar a sus lectores a diferenciar entre buena y mala literatura y entre ficción y realidad: tarea que siempre ha sido difícil pero es más abordable desde que disponemos de las aventuras de Sancho Panza y el ingenioso hidalgo como paradigma narrativo para explorar la razón de la sinrazón y los modos en que aparecen la verdad y la realidad en la ficción

* Don Quijote en Vespa. En 2005, con motivo del IV Centenario de la obra de Cervantes, alumnos de la Escuela de Arte de Algeciras (Cádiz) y el profesor Carlos Alfonso Ortega realizaron una escultura que representaba al Quijote montando una Vespa. VER: https://www.europasur.es/algeciras/Quijote-paso-emblema_0_623337801.html

* * *

palabras a mares

heridas como mares

mares como palabras

palabras como heridas

heridas como aullidos

aullidos como flores

flores como cuchillos

cuchillos como voces

voces como golpes

golpes como oraciones

oraciones como desgracias

desgracias como besos

besos como lesiones

lesiones como lenguas

lenguas como armas

armas como manos

el sentido y el sonido

desangrándose

palabras en el cuerpo

el cuerpo en la palabra

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